viaje al sur (1)
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Admin
jorge rancich
danielt
ostende
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viaje al sur (octava parte)
Recorrimos los 96 km desde Ancud a Dalcahue pasando por zonas de cultivos y pequeños pueblitos: Palomar, Degan y Mocopulli. La llegada a Dalcahue desde Mocopulli es una bajada muy fuerte y de varios kilómetros.
Una vez allí, fuimos a buscar donde quedarnos, la idea era que si encontrábamos alojamiento aceptable y no muy caro haríamos de Dalcahue la base desde donde recorrer un poco la isla.
Como suele suceder, el puesto de información turística estaba cerrado (solo abren en enero y febrero), así que preguntando y preguntando nos mandaron a un bar que en la parte de arriba tenía habitaciones (varias) (feas) (se subía por una escalerita desde el mismo bar) todas servidas por un único baño y la tarifa era 10.000 chilenos por día. Aunque no parecía haber otros huéspedes y aparentemente no tendríamos que compartir el baño con nadie nos pareció bastante caro para lo que ofrecía en confort, tranquilidad e higiene.
Vimos otro lugar posible, pero era peor y por el mismo precio.
Por fin alguien nos recomendó ver a una señora (Oriana Sierpe- Ver tarjeta) que tenía unas cabañas a unas cuadras del puerto.
Foto tarjeta cabañas Vistalmar
De las dos cabañas había una ocupada y una disponible, con un lindo estar- cocina- comedor con vista al puerto y la vecina isla de Quinchao, dos dormitorios y baño por 15000 pesos chilenos. (aprox 30 U$S)
Allí nos quedamos.
Desde el sitio de la cabaña se ve prácticamente todo el pueblo, el puerto, su iglesia y los galpones de las factorías envasadoras y procesadoras de pescado y mariscos.
Vista desde nuestro estar hacia la isla de Quinchao
El puerto y sus factorías, enfrente la isla de Quinchao
El pueblo de Dalcahue
Las cabañas vistas desde la parte alta del terreno. La nuestra es la que se ve más grande en la foto
La loma de la cabaña
La negra descansando
Salimos a comer en una cocinería del puerto y a pasear un poco por el pueblo.
Las cocinerías están ubicadas al lado de una plaza frente al puerto, donde, un día en la semana y (según me dijeron) todos los días en época de turismo llegan embarcaciones de las islas vecinas trayendo productos de huerta y granja y artesanía que se vende en una feria contigua. Además en temporada en la plaza se cocinan platos típicos para vender a los concurrentes.
Plano de las cocinerías del puerto de Dalcahue dibujado por mi mujer en el cuaderno de viaje
En la foto la cocinería de Doña María en el puerto de Dalcahue
Las cocinerías: sitios populares de venta de comidas tipo "hecho en casa" donde la cocina, la preparación y el lavado de utensilios están más o menos a la vista del cliente.
pescados fritos y en cazuelas, empanadas de mariscos y de manzanas, caldillos, curanto ( plato típico que contiene: carnes, longanizas, pollo, chancho ahumado, chorizos,cholgas, almejas, choritos, picorocos y milcao, que se cocina tradicionalmente en un hueco en el suelo, pero que en el caso de las cocinerías se prepara en olla).
Si uno quiere tomar vino debe pedir té frío, ya que usualmente estos negocios no están habilitados para la venta de bebidas alcoholicas, entonces le sirven a uno (al disimulo) el vino en una taza de te.
Comimos un caldillo de pescado, pescado frito y papas hervidas. Salimos llenitos a recorrer el pueblo.
Una calle que desemboca en el mar, al fondo la isla de Quinchao
Parroquia Nuestra Sra. de los Dolores -1903-(monumento Nacional)- declarada patrimonio de la humanidad en diciembre de 2002.
Como la mayoría de las iglesias y gran parte de las viviendas, está construida en madera.
Altura de la torre 26,50 metros
Restaurada en 1999.
Interesante: el crucifijo, de 105 cms de altura es una talla policromada y con articulación de BISAGRAS en las axilas.
El atrio de la iglesia de Dalcahue
En la foto no se nota muy bien, pero las columnas que lo sostienen están un poco desplazadas hacia afuera del último escalón.
Tendrían que empujarlas “al tiro” un poco hacia adentro o agrandar el escalón, sino, cuando alguien se apoye un día de estos van a tener un disgusto.
Terminamos nuestro paseo, Compramos salmón rosado, vino y tomates para hacer una ensalada para la cena esta noche en la cabaña. ¡ Con la salamandra encendida ¡ (La propietaria nos proveyó de leña).
Mañana cruzaremos a la isla de Quinchao .
Propaganda política en los tachos de basura
Una vez allí, fuimos a buscar donde quedarnos, la idea era que si encontrábamos alojamiento aceptable y no muy caro haríamos de Dalcahue la base desde donde recorrer un poco la isla.
Como suele suceder, el puesto de información turística estaba cerrado (solo abren en enero y febrero), así que preguntando y preguntando nos mandaron a un bar que en la parte de arriba tenía habitaciones (varias) (feas) (se subía por una escalerita desde el mismo bar) todas servidas por un único baño y la tarifa era 10.000 chilenos por día. Aunque no parecía haber otros huéspedes y aparentemente no tendríamos que compartir el baño con nadie nos pareció bastante caro para lo que ofrecía en confort, tranquilidad e higiene.
Vimos otro lugar posible, pero era peor y por el mismo precio.
Por fin alguien nos recomendó ver a una señora (Oriana Sierpe- Ver tarjeta) que tenía unas cabañas a unas cuadras del puerto.
Foto tarjeta cabañas Vistalmar
De las dos cabañas había una ocupada y una disponible, con un lindo estar- cocina- comedor con vista al puerto y la vecina isla de Quinchao, dos dormitorios y baño por 15000 pesos chilenos. (aprox 30 U$S)
Allí nos quedamos.
Desde el sitio de la cabaña se ve prácticamente todo el pueblo, el puerto, su iglesia y los galpones de las factorías envasadoras y procesadoras de pescado y mariscos.
Vista desde nuestro estar hacia la isla de Quinchao
El puerto y sus factorías, enfrente la isla de Quinchao
El pueblo de Dalcahue
Las cabañas vistas desde la parte alta del terreno. La nuestra es la que se ve más grande en la foto
La loma de la cabaña
La negra descansando
Salimos a comer en una cocinería del puerto y a pasear un poco por el pueblo.
Las cocinerías están ubicadas al lado de una plaza frente al puerto, donde, un día en la semana y (según me dijeron) todos los días en época de turismo llegan embarcaciones de las islas vecinas trayendo productos de huerta y granja y artesanía que se vende en una feria contigua. Además en temporada en la plaza se cocinan platos típicos para vender a los concurrentes.
Plano de las cocinerías del puerto de Dalcahue dibujado por mi mujer en el cuaderno de viaje
En la foto la cocinería de Doña María en el puerto de Dalcahue
Las cocinerías: sitios populares de venta de comidas tipo "hecho en casa" donde la cocina, la preparación y el lavado de utensilios están más o menos a la vista del cliente.
pescados fritos y en cazuelas, empanadas de mariscos y de manzanas, caldillos, curanto ( plato típico que contiene: carnes, longanizas, pollo, chancho ahumado, chorizos,cholgas, almejas, choritos, picorocos y milcao, que se cocina tradicionalmente en un hueco en el suelo, pero que en el caso de las cocinerías se prepara en olla).
Si uno quiere tomar vino debe pedir té frío, ya que usualmente estos negocios no están habilitados para la venta de bebidas alcoholicas, entonces le sirven a uno (al disimulo) el vino en una taza de te.
Comimos un caldillo de pescado, pescado frito y papas hervidas. Salimos llenitos a recorrer el pueblo.
Una calle que desemboca en el mar, al fondo la isla de Quinchao
Parroquia Nuestra Sra. de los Dolores -1903-(monumento Nacional)- declarada patrimonio de la humanidad en diciembre de 2002.
Como la mayoría de las iglesias y gran parte de las viviendas, está construida en madera.
Altura de la torre 26,50 metros
Restaurada en 1999.
Interesante: el crucifijo, de 105 cms de altura es una talla policromada y con articulación de BISAGRAS en las axilas.
El atrio de la iglesia de Dalcahue
En la foto no se nota muy bien, pero las columnas que lo sostienen están un poco desplazadas hacia afuera del último escalón.
Tendrían que empujarlas “al tiro” un poco hacia adentro o agrandar el escalón, sino, cuando alguien se apoye un día de estos van a tener un disgusto.
Terminamos nuestro paseo, Compramos salmón rosado, vino y tomates para hacer una ensalada para la cena esta noche en la cabaña. ¡ Con la salamandra encendida ¡ (La propietaria nos proveyó de leña).
Mañana cruzaremos a la isla de Quinchao .
Propaganda política en los tachos de basura
viaje al sur novena parte
Cruce a la isla de Quinchao
En el puerto de Dalcahue hay una rampa para subir a los transbordadores. Allí nos subimos al nuestro, que es igual al que tomamos para entrar a Chiloé.
La isla de Quinchao está justo enfrente, muy cerca, digamos unos unos quinientos metros de viaje por agua. Son 3000 pesos pero la tarifa incluye la vuelta. Preguntamos hasta qué hora hay servicio de cruce al regreso y nos dicen que el último cruza a las 0.30 hs.
Desembarcamos marcha atrás, primera proeza del día y salimos por el camino pavimentado, buenísimo, que atraviesa toda la isla.
De repente, un cartel que dice “Visite Chaupindad”. Salimos del camino y entramos en un ripio aceptable que nos lleva hasta una playa de piedras redondas. Un busto conmemorativo de un tal Galvarino Cárdenas, héroe Chilote de la batalla de Panguipulli. ¿?
Allí juntamos unos cuantos caracoles y vimos en el mar los criaderos de salmón, que son como corrales rectangulares en el agua sostenidos con una línea de flotadores donde con lanchas realizan los trabajos de mantenimiento y recolección.
En vez de regresar por donde vinimos, por nuestro espíritu de aventureros se nos ocurrió seguir el camino de ripio por el que llegamos, calculando que tal vez nos regresara al pavimento.
Terminamos en una casa de campo con un chancho gigantesco cerrándonos el camino. Nos explicaron que si retrocedíamos un poco y tomábamos un camino en subida llegaríamos a la ruta.
Segunda muestra de pericia conductiva: El camino subía casi a 45 grados, era de piedras redondas del tamaño de bochas y angosto como para un fiat 600. Después de una nueva demostración de pericia al volante en un trayecto que parecía no terminar nunca salimos por fin a la ruta pavimentada.
Después de un rato de andar llegamos a Curaco de Vélez, capital de la comuna del mismo nombre, uno de los dos municipios en que se divide la isla de Quinchao. Un pueblito hermoso, muy tranquilo a orillas del mar. ¡Muy limpio! (el barrendero barría la plaza del pueblo con un escobillón igual al que nosotros usamos para barrer en casa) En la plaza, además nos sorprendió ver una cripta – monumento con los restos de (¿otra vez?) Galvarino Cárdenas.
iglesia de Curaco de Vélez
una casa típica frente a la plaza de Curaco de Vélez
Salimos de Curaco de Vélez por la ruta rumbo a Achao, capital de la otra mitad de la isla y de otras nueve islas menores cercanas. (Lin-Lin, Llingua, Meulin, Quenac, Teuquelín, Caguache, Alao, Apiao, Cahulinec)
En Achao, aparte de lo pintoresco del pueblo, la máxima atracción turística es su iglesia de madera del 1730, primera en su tipo en todo el país por su antigüedad calidad arquitectónica. Impresionante, perfectamente restaurada, con museo con maquetas de otras iglesias de su tipo en Chiloé
Dimos un paseo por el pueblo, vimos su feria artesanal vacía a excepción de un puesto donde una señora vendía róbalo seco y ahumado.
vista de Achao
ferretería
Almorzamos en un comedor- restaurant llamado La casona, en la planta baja de un caserón enorme de madera. Arroz con pollo, que era lo que habían cocinado para ese día.
URL=https://2img.net/r/ihimizer/i/p3270232.jpg/][/URL]
comedor La Casona
Compramos lana hilada a mano y seguimos por la ruta hasta el final de la isla.
En una parte del trayecto el paisaje es espectacular, se sube bastante y la isla se estrecha tanto que desde lo alto del camino se ve el mar a los dos lados.
URL=https://2img.net/r/ihimizer/i/p3270236.jpg/][/URL]
Llegamos por fin a la localidad de Matao, desde donde se ve el continente en forma de montañas nevadas y volcanes. Allí, sin pena ni gloria, rodeada de casas prefabricadas de obreros de una empresa gringa de cultivo de Choritos (mejillones), una de las típicas y hermosas iglesias, declarada patrimonio de la humanidad, sostenida con unos postes para que no se caiga de costado. Con el atrio destruido y lleno de basura, cercado con unas maderas y un candado. Le preguntamos a uno que pasaba por allí si la iglesia estaba abandonada y nos dice que no, que la iglesia tiene sus fieles y que celebran misa cada 15 días, que estaba cerrada así para que no entren los chanchos.
URL=https://2img.net/r/ihimizer/i/p3270240.jpg/][/URL]
URL=https://2img.net/r/ihimizer/i/p3270241.jpg/][/URL]
A nuestro regreso al puerto de transbordadores, frente a Dalcahue, había bastante cola para abordar. Los vehículos iban subiendo marcha atrás (para salir de frente al desembarcar). Cuando nos tocó nuestro turno de subir retrocediendo tuve la oportunidad de lucirme por tercera vez en el día. Atrás nuestro subió un mini bus que quedó medio atravesado y con la cola un poco por fuera del barco.
La sorpresa fue cuando vino el cobrador y yo le mostré mi pago de ida y vuelta: El cobrador me dice que el ticket que tengo es de otra empresa, que el transbordador que yo había pagado a la ida estaba fondeado en medio del canal (me lo señala), porque tuvo una falla del motor y quedó fuera de servicio.
¡ A pagar otra vez !
Desembarcamos ya de noche ( yo protestando y con la idea de reclamar al día siguiente que me devolvieran el importe del regreso a la empresa que nos cruzó a la ida)
Supermercado, compras para la cena y a nuestra cabaña.
Nuestro proyecto para el día siguiente: Visitar Castro, la capital de Chiloé…
En el puerto de Dalcahue hay una rampa para subir a los transbordadores. Allí nos subimos al nuestro, que es igual al que tomamos para entrar a Chiloé.
La isla de Quinchao está justo enfrente, muy cerca, digamos unos unos quinientos metros de viaje por agua. Son 3000 pesos pero la tarifa incluye la vuelta. Preguntamos hasta qué hora hay servicio de cruce al regreso y nos dicen que el último cruza a las 0.30 hs.
Desembarcamos marcha atrás, primera proeza del día y salimos por el camino pavimentado, buenísimo, que atraviesa toda la isla.
De repente, un cartel que dice “Visite Chaupindad”. Salimos del camino y entramos en un ripio aceptable que nos lleva hasta una playa de piedras redondas. Un busto conmemorativo de un tal Galvarino Cárdenas, héroe Chilote de la batalla de Panguipulli. ¿?
Allí juntamos unos cuantos caracoles y vimos en el mar los criaderos de salmón, que son como corrales rectangulares en el agua sostenidos con una línea de flotadores donde con lanchas realizan los trabajos de mantenimiento y recolección.
En vez de regresar por donde vinimos, por nuestro espíritu de aventureros se nos ocurrió seguir el camino de ripio por el que llegamos, calculando que tal vez nos regresara al pavimento.
Terminamos en una casa de campo con un chancho gigantesco cerrándonos el camino. Nos explicaron que si retrocedíamos un poco y tomábamos un camino en subida llegaríamos a la ruta.
Segunda muestra de pericia conductiva: El camino subía casi a 45 grados, era de piedras redondas del tamaño de bochas y angosto como para un fiat 600. Después de una nueva demostración de pericia al volante en un trayecto que parecía no terminar nunca salimos por fin a la ruta pavimentada.
Después de un rato de andar llegamos a Curaco de Vélez, capital de la comuna del mismo nombre, uno de los dos municipios en que se divide la isla de Quinchao. Un pueblito hermoso, muy tranquilo a orillas del mar. ¡Muy limpio! (el barrendero barría la plaza del pueblo con un escobillón igual al que nosotros usamos para barrer en casa) En la plaza, además nos sorprendió ver una cripta – monumento con los restos de (¿otra vez?) Galvarino Cárdenas.
iglesia de Curaco de Vélez
una casa típica frente a la plaza de Curaco de Vélez
Salimos de Curaco de Vélez por la ruta rumbo a Achao, capital de la otra mitad de la isla y de otras nueve islas menores cercanas. (Lin-Lin, Llingua, Meulin, Quenac, Teuquelín, Caguache, Alao, Apiao, Cahulinec)
En Achao, aparte de lo pintoresco del pueblo, la máxima atracción turística es su iglesia de madera del 1730, primera en su tipo en todo el país por su antigüedad calidad arquitectónica. Impresionante, perfectamente restaurada, con museo con maquetas de otras iglesias de su tipo en Chiloé
Dimos un paseo por el pueblo, vimos su feria artesanal vacía a excepción de un puesto donde una señora vendía róbalo seco y ahumado.
vista de Achao
ferretería
Almorzamos en un comedor- restaurant llamado La casona, en la planta baja de un caserón enorme de madera. Arroz con pollo, que era lo que habían cocinado para ese día.
URL=https://2img.net/r/ihimizer/i/p3270232.jpg/][/URL]
comedor La Casona
Compramos lana hilada a mano y seguimos por la ruta hasta el final de la isla.
En una parte del trayecto el paisaje es espectacular, se sube bastante y la isla se estrecha tanto que desde lo alto del camino se ve el mar a los dos lados.
URL=https://2img.net/r/ihimizer/i/p3270236.jpg/][/URL]
Llegamos por fin a la localidad de Matao, desde donde se ve el continente en forma de montañas nevadas y volcanes. Allí, sin pena ni gloria, rodeada de casas prefabricadas de obreros de una empresa gringa de cultivo de Choritos (mejillones), una de las típicas y hermosas iglesias, declarada patrimonio de la humanidad, sostenida con unos postes para que no se caiga de costado. Con el atrio destruido y lleno de basura, cercado con unas maderas y un candado. Le preguntamos a uno que pasaba por allí si la iglesia estaba abandonada y nos dice que no, que la iglesia tiene sus fieles y que celebran misa cada 15 días, que estaba cerrada así para que no entren los chanchos.
URL=https://2img.net/r/ihimizer/i/p3270240.jpg/][/URL]
URL=https://2img.net/r/ihimizer/i/p3270241.jpg/][/URL]
A nuestro regreso al puerto de transbordadores, frente a Dalcahue, había bastante cola para abordar. Los vehículos iban subiendo marcha atrás (para salir de frente al desembarcar). Cuando nos tocó nuestro turno de subir retrocediendo tuve la oportunidad de lucirme por tercera vez en el día. Atrás nuestro subió un mini bus que quedó medio atravesado y con la cola un poco por fuera del barco.
La sorpresa fue cuando vino el cobrador y yo le mostré mi pago de ida y vuelta: El cobrador me dice que el ticket que tengo es de otra empresa, que el transbordador que yo había pagado a la ida estaba fondeado en medio del canal (me lo señala), porque tuvo una falla del motor y quedó fuera de servicio.
¡ A pagar otra vez !
Desembarcamos ya de noche ( yo protestando y con la idea de reclamar al día siguiente que me devolvieran el importe del regreso a la empresa que nos cruzó a la ida)
Supermercado, compras para la cena y a nuestra cabaña.
Nuestro proyecto para el día siguiente: Visitar Castro, la capital de Chiloé…
Re: viaje al sur (1)
Y???????????????????????
Paula- Cantidad de envíos : 2
Fecha de inscripción : 17/12/2009
Re: viaje al sur (1)
Paula escribió:Y???????????????????????
Paula: todavía estoy resolviendo cosas aquí y no tuve tiempo de sentarme a armar la continuación del viaje.
agradezco tu interés y prometo terminar mi relato.
ostende
Re: viaje al sur (1)
!!!
Muy bueno el relato y aun mas interesante las acotaciones para
futuros viajeros Que se evitarán sorpresas, gracias a éstos comentarios
anotados tan inteligentemente en la bitácora del viaje.
Re: viaje al sur (1)
OSTENDE SE ME CAE LA BABA LEYENDO EL VIAJE QUE BUENO TE FELICITO. SIGO ESPERANDO COMO TODOS ELRELATO
roalda2009- Cantidad de envíos : 69
Fecha de inscripción : 16/11/2009
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